A finales de octubre, se instaló un interrogador de Detección Acústica Distribuida (DAS) en la Estación de Aterrizaje del Cable EMACOM en Praia Formosa, en la isla de Madeira, Portugal.

(Fuente: GÉANT) Esto marca un avance significativo en la capacidad de vigilancia sísmica de la Región de Madeira y se suma a la importancia de los objetivos fundacionales que dieron lugar al proyecto SUBMERSE - un proyecto innovador financiado por la UE y apoyado por RedCLARA que tiene como objetivo utilizar los cables submarinos existentes y empleados por la comunidad de redes de investigación y educación, para vigilar la Tierra y sus sistemas.

El equipo OptoDAS, adquirido por el Gobierno de Madeira a Alcatel Submarine Networks, utiliza una fibra del cable EllaLink – mismo cable utilizado en el proyecto BELLA - para medir y registrar las deformaciones más pequeñas a lo largo de los primeros 50 km de fibra óptica.

La tecnología DAS permite transformar los cables de comunicación en una cadena de centenares de sensores sísmicos espaciados unos metros entre sí.

Gracias a su sensibilidad, esta técnica puede detectar no sólo terremotos, sino también las vocalizaciones de los mamíferos marinos, el oleaje y las actividades humanas. Y lo que es más importante, con los sistemas de vigilancia adecuados, esta información puede utilizarse para la alerta temprana de tsunamis o para conocer rápidamente las zonas afectadas. Ciertamente, es posible detectar terremotos en alta mar hasta unas décimas de segundo, avisando antes de que comiencen las sacudidas fuertes.

La posición del cable a lo largo del lecho marino también permitió registrar muy claramente las señales acústicas que se propagan por el agua, las ondas T. Este tipo de señal permite calcular una mejor localización de los terremotos, lo que, a su vez, ayuda a comprender qué estructuras tectónicas están activas.

Un aspecto importante de este cable está relacionado con la vigilancia y caracterización de la actividad sísmica y la posibilidad de detectar movimientos que puedan alertar con antelación de terremotos submarinos y corrimientos de tierra que generen riesgos de tsunami.

A diferencia de las estaciones sísmicas tradicionales, que proporcionan mediciones, los equipos instalados actualmente permiten medir la energía sísmica a intervalos de un metro a lo largo de más de 50 kilómetros. Por ahora, los principales retos están relacionados con el enorme volumen de datos generados y la necesidad de desarrollar algoritmos que permitan detectar y caracterizar los terremotos en tiempo real.

La instrumentación de este cable forma parte de un proyecto gestionado por ARDITI (la Agencia Regional para el Desarrollo de la Investigación, la Tecnología y la Innovación de Madeira) y el Observatorio Oceánico de Madeira (OOM) en el que los datos oceanográficos registrados por boyas y buques autónomos se combinan con los datos del DAS para obtener una visión global del entorno submarino de la isla de Madeira en todos sus aspectos físicos, químicos y biológicos.

La sinergia entre tecnología avanzada y métodos tradicionales contribuye a un conocimiento más profundo de los procesos y abre las puertas a la conservación y gestión sostenible de los recursos marinos de la región.

Este resultado pone de relieve la importancia y el potencial del proyecto SUBMERSE, que cuenta con equipos DAS instalados no sólo en Madeira (Portugal), sino también en Svalbard (Noruega) y Rodas (Grecia). El proyecto prevé muchos más avances interesantes en el futuro, no sólo para la comunidad de observación de la Tierra, sino también para las comunidades geo científica y oceanográfica.